miércoles, 6 de enero de 2010

Desafíos de Internet en España para una nueva década.


Comienza una nueva década donde no hará sino afianzarse la fuerza de las comunicaciones y la herramienta que ha revolucionado todo: Internet.
¿Está nuestro país preparado? ¿Cuáles son los grandes retos que España debe afrontar en los próximos diez años para subirse al tren tecnológico? Trataré de explicar en cinco breves bloques lo que a mi entender debe sino cambiar, puesto que muchos ya han iniciado ese cambio, sí afianzar y mejorar. No voy a seguir un orden de importancia en la exposición y además casi todos los temas se entre tocan cómo no podría ser de otro modo en una época de globalización bien entendida y sinergia.
En primer lugar hay algo que atañe mucho al usuario y empresario español. Y es la fuerte reticencia que mantiene la mayoría a la hora de contratar o comprar software y ordenadores de calidad. Muchos son los que optan por el software pirata, cuando existen alternativas tanto de pago como gratuitas a cada necesidad. Con este pirateo lo que hacemos es que por ahorrarnos a veces unos pocos de cientos de euros ponemos en riesgo toda la empresa. Es también en este punto donde el empresario español, sobre todo, debe plantearse la necesidad absoluta de contratar servicios profesionales, al mismo nivel o más que hace con el taller de su flota de vehículos o coche personal. Así pues hay que reforzar la inversión en este área si se quiere mejorar.
Esto nos lleva a mi segunda reflexión, se acusa con razón histórica que el empresario español carece de cultura empresarial, no voy a entrar en comentar esto puesto que no es el lugar pero una cosa sí tengo clara en estos momentos y es que el empresario asume sus propios riesgos, si es inculto o no -empresarialmente hablando- con su pan se lo come. Que esto influye en el bien de país... naturalmente. Pero a quien corresponde dar ejemplo es a aquellos que la sociedad elige como sus líderes, el gobierno de turno. Es el estado y no otro quien tiene el poder para cambiar la situación de retraso de España  con respecto a Internet. Corresponde a ellos dar acceso a todo el mundo a este bien y garantizar que lo que se paga por su uso está bien invertido. En la actualidad ni este gobierno ni los que lo precedieron han sido modelo de referencia en esta transformación y es un desafío que queda pendiente para esta nueva década.
Una tercera reflexión clara y directa, nada generalista como la anterior, es la exigencia de que las telecomunicaciones en España se mejoren de una vez por todas. Podemos decir que nuestro sistema de redes telefónicas, cables, etc. Es un auténtico camino de cabras frente a las autopistas europeas. Además de los problemas que tenemos todos los usuarios de telefonía (Internet está incluida al compartir conexiones) Hay cuatro millones de usuarios que no pueden acceder a Internet por problemas técnicos en España ¡Cuatro millones! Cuánto se está perdiendo esa gente y cuánto nos estamos perdiendo nosotros de lo que tantísima gente nos podría aportar con su participación. Lógicamente, estas cifras tienen que variar para bien en estos próximos diez años.
Nacida de la anterior reflexión toco ahora uno de los temas más dolorosos hoy en día de nuestra sociedad, el paro. Las telecomunicaciones dan empleo directo en España a casi dos millones de personas. Esta cifra se podría multiplicar si tuviéramos unos dirigentes capaces de orientarse. Desacertadamente hoy en día lo único que crean son leyes que diciéndose defensoras de los derechos de autor (los autores españoles ya no son Cervantes ni Cela sino -según el gobierno- Ramoncín y Rosarillo Flores) resulta que no sólo no generarán empleo muy al contrario pondrán en peligro los existentes. Un ejemplo para no irme por las ramas, si a mí me cortan Internet por orden del gobierno, un empleado de la compañía de Telecomunicaciones comenzará a ver peligrar su puesto de trabajo porque ya no tendrá línea que mantener y además quién se va a dar de alta en una línea mala y cara, como ya hemos comentado, para que encima te la corten cuando les dé la gana. Ojalá, en los años venideros se pueda rectificar el grave daño cometido.
Por último, y con el objetivo claro de ser útil a quien lee, confío en que el software en España siga el camino de la suscripción por servicio y que el empleo del clouding -el poder trabajar desde cualquier ordenador como si estuvieras en tu puesto de trabajo físico con acceso a todos los documentos, etc- sea un sinónimo de competencia en nuestras empresas y sociedad. Tenemos tiempo para evitar otras dos nuevas Españas, la que está con la tecnología y la que no.
Feliz Década a tod@s.